martes, 6 de julio de 2010

Dando respuesta a la crisis: Las cosas bien hechas

Mucho se ha hablado sobre la crisis. Se han buscado todo tipo de soluciones, alguna de ellas de lo más novedoso y sofisticado, dignas de amplios escritos. Hemos tratado de acudir a los mejores expertos demandando respuestas, soñando cambios.
Con el paso del tiempo, cada vez pienso más que la solución estaba y está en la simplicidad, en el mirar a dentro, en la vuelta a los valores, en lo complejo de lo sencillo, en lo que tal vez resulte poco atractivo y difícil de vender… pues no vende libros.

Creo que solo hacía falta hacer bien las cosas… ¡casi nada! Cumplir lo prometido, prometer lo que puedo cumplir, tratar bien al cliente, darle la razón cuando la tiene y ser comprensivo y explicativo cuando no la tiene, ser productivo, ser eficiente, ser profesional... No he dicho nada novedoso, difícil de entender, pero sí con frecuencia poco extendido, difícil de hacer. Simple, pero complejo. Simple porque no implicaba mirar muy lejos, complejo porque nos exigía sacar lo mejor de nosotros mismos.

Si tu negocio no funciona, trata de hacer bien las cosas. Si el mercado dice que solo hay hueco para unos pocos, ten seguro que ese hueco es para los mejores y créete que tú eres uno de ellos y actúa en consecuencia. Si el futuro parece desolador, piensa en el poder que tienes en tus manos, en tu capacidad para cambiar la tendencia. Y cuando haya que tomar decisiones, duda, pero decide con convicción y se valiente con lo decidido.