Compromiso,
rendimiento y educación son las tres claves que sumadas dan el éxito. Deben ser
exigibles y exigidas. Si estamos al frente de un grupo no podemos conformarnos
con ver como se falla en alguno de estos aspectos, sino que además de proponerlas
como fin, debemos asentar las bases para su consecución.
En la situación actual de la economía, las empresas y grupos que quieran sortear las duras condiciones económicas deben tener claro que si consiguen triunfar en estos tres aspectos su perdurabilidad estará asegurada.
Compromiso es estar presente e implicado. Es
hacer las cosas que has dicho que harías, de la forma que las harías y en los
plazos prometidos. Es no esperar a que te digan que hagas, porque ya estás en
camino. Es soñar pero estar despierto.
Rendimiento es conseguir resultados. Es
demostrar que tu duro trabajo tiene unas consecuencias. Es no conformarte con
lo que hiciste ayer y esperar que hoy los frutos sean superiores. Es no buscar
escusas y poner ya remedio. Es decir con orgullo que “aquí están las
consecuencias de mi trabajo”.
Educación es dar los buenos días…Es tratar
bien a los que te rodean. Es dar a la gente lo que se merece o lo que quieres
que algún día se merezcan. Es dejar de un lado el orgullo cuando hay que
hacerlo. Es saber perdonar por que hay que saber estar. Es estar cuando hay que
estar.
Podemos
estar en el barro regodeándonos con nuestra mediocridad o podemos empezar a
intentar salir de él en busca de la excelencia. Podemos soñar con que podíamos
haber sido grandes o podemos poner los medios para ser merecedores de grandeza.
Los que han alcanzado la grandeza saben de lo grande de ella, aunque en la cima
se pueda estar poco tiempo por las duras condiciones en las que allí te encuentras.
Seguro que merece la pena intentarlo y poder recordar siempre…
“La grandeza, aunque efímera, es para siempre”.
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