domingo, 5 de diciembre de 2010

Dirigir, pequeños detalles que nos harán ser grandes

No digas lo que crees que la gente quiere oír, di lo que vas a hacer. Por tanto, antes de decir, piensa bien lo que vas a decir. Tus palabras deben convertirse en compromisos. Se creíble, genera confianza.

Delega a la vez que responsabilizas y exiges. La gente que trabaja para ti debe saber que les dejas afrontar retos y asumir el peso de su labor, pero que luego les vas a exigir resultados.

No permitas que las cosas no te las cuenten, velas de primera maro. Estate siempre presente, lo cual no significa que lo hagas todo tu, que asumas el peso de otros.

Escucha y enseña a escuchar. Identifica cuando es el momento de hablar y cuando el de que hablen otros. Facilita que al que le toque hablar sea el centro de todo.

Deja a la gente equivocarse, no les cargues con la presión extra de tener que ser infalibles. Pero hazles ver que esto debe ir unido a la auto-exigencia de mejorar y tratar de corregir.

Haz que tus trabajadores sean cada día mejores. Facilita su formación, aprendizaje y mejora.
Trátalos como quieres que sean, aunque todavía no estén preparados para ello, y facilita que
lleguen a ese grado de competencia.

Ponte “en los zapatos” de los otros. Trata de entenderlos y comprenderlos, sabrás así como tratarlos y hacerlos sentir mejor.

Motiva, pero exige también que los que te rodean colaboren contigo en que para conseguir al motivación que tu también necesitas.

Sueña y facilita que los que te rodeen sueñen contigo.

Ilusiónate y transmite ilusión por contagio.

Caza haciendo cosas bien y felicita por ello.

Enseña lo grande que es ser grande…

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Liderazgo

"El verdadero líder es el que lleva al grupo a donde el grupo quiere ir, aunque quizás no lo sepa conscientemente. Es decir, la esencia del liderazgo está en servir al grupo". José María Acosta Vera (Dirigir).

martes, 2 de noviembre de 2010

La soledad del experto. Ettore Messina

En una sociedad en la que todos nos auto-convertimos en expertos, sin necesidad de serlo, sin necesidad de que nadie me confiera este parabién, sin necesidad de tener datos que lo sustenten, hay cosas que dejan de ser opinables y se convierten en reales, como son los años de oficio, los éxitos conseguidos.

Siempre habrá alguno dispuesto a criticar a los que más saben. Si de deporte hablamos, hay tantos entrenadores potenciales como seguidores de un deporte. Es admirable la facilidad con la que nos ponemos en el papel de coach y decimos: “no tiene ni idea”, “a ver si le echan”, “no sabe a qué juega”. Si es al que adjetivamos es uno de los grandes, no deja de resultarme sorprenderte y hasta doloroso. El ejemplo de moda en baloncesto es Ettore Messina. Con el paso de los años ha ido acumulando victorias, títulos, premios…y respeto.


El respeto no es algo que se pueda perder de un día para otro, pero es cierto que cuesta más ganarlo que perderlo.

Para juzgar la labor de un experto se debería al menos tener un nivel de excelencia adecuado sobre la labor que realiza el que es juzgado. No suele ocurrir. Todos opinamos de todo, sin necesidad de tener datos, sin saber bien ni que ocurre, ni que justifica lo que realmente está ocurriendo.

Cuando alguien ha alcanzado la maestría en una faceta, es muy difícil ponerse a su altura, es inviable departir de tu a tú con él sobre la materia que le ha encumbrado. Los mejores en algo se convierten así en solitarios en el debate. Un amigo me hablaba de lo los velos que vamos derrumbando cuando avanzamos por la senda del conocimiento. Llegas a un momento en el que te crees que lo sabes todo pues hay un velo delante de ti que no te deja ver más allá, que no te permite pensar que hay un más allá. Pero cuando llegas justo a él cae y deja delante de ti un terreno inexplorado, difícil, pero previsiblemente sugerente de recorrer. Si te enfrentas al reto, tarde o temprano te encuentras de frente con un nuevo velo…y la historia se repite. Pero, ¿cómo juzgar al que va varios velos por delante de ti…y de casi todos? De casi todos, pues los mejores en algo suelen ser pocos, deben ser pocos, por definición. Pero claro, quién decide que son los mejores. Debemos acudir a criterios objetivos. Lo subjetivo debe quede en segundo plano.

Cuatro Euroligas, con tres subcampeonatos, cuatro LEGAS y múltiples títulos más no dejan lugar a la duda: Ettore Messina es uno de los grandes, si hablamos de baloncesto, de gestionar grupos, de enfrentarse a retos, de ponerse metas, de liderazgo. Pero parece que ahora se generan dudas sobre su competencia. Tú puedes llevar toda la vida haciendo algo y eso no te convierte en bueno. No es lo que haces, sino como lo haces. No es lo que persigues, sino lo que consigues. Y esto no debería ser (¡no es!) opinable. “Hay un respeto que no da la edad, sino lo que has hecho en la vida” decía hace poco Ettore Messina. Pues señores, él se lo ha ganado… ¡que nadie se lo quite!

Me da que esos con los que ahora se le compara todavía tienen un camino que recorrer que el entrenador del Real Madrid ya ha recorrido. La ACB es nueva para él, el baloncesto no, las exigencias de la competición y de tener que luchar a la fuerza por ser el mejor, tampoco. Tengamos paciencia, respetemos, escuchemos y disfrutemos de tenerle con nosotros.

martes, 26 de octubre de 2010

Deporte y empresa: Un gran ejemplo, Bàsket Manresa

Si hablamos de valores a cuidar en la empresa no deberíamos dejar de lado nunca cosas tan importantes como el trabajo en equipo, el saber delegar y el saber mandar, el respeto a los que te rodean, la gestión responsable, la ilusión y el compromiso contagiosos, la humildad y el saber escuchar.
Mucho se escribe sobre la aplicación de los valores del deporte al mundo empresarial. Un humilde pero gran equipo de la ACB como es Bàsquet Manresa, es un grandísimo ejemplo de ello. Su forma de trabajar es digna de admiración y es un lujo poder observarla. Es una empresa con gente talentosa que ha alcanzado el éxito que tantos persiguen pero tan pocos saben buscar.
El equipo de trabajo que forman su cuerpo técnico y colaboradores combina la ilusión que suele ir unida al que empieza, con la experiencia del que lleva tiempo en algo. Transmiten que saben lo que quieren y que están dispuestos a luchar por ello, sin dar opción al desánimo. Ante los malos resultados, más trabajo. Ante los acontecimientos no deseados, reenfoque sin perder la esencia. ¡Qué gran lección empresarial!
En el deporte las cosas bien hechas por desgracia no están necesariamente unidas con la victoria, al menos a corto plazo. En el mundo empresarial tampoco. Compites contra otros, contra sus recursos y su empeño. Los primeros pueden ser muy superiores a los tuyos, los segundos nunca lo deberían ser, pero debes partir de la premisa de que hay gente muy válida, muy preparada y que estarán dispuestos a tratar de sacar lo mejor de sí mismos.
Pero también compites contra ti, contra tus miedos y dudas, contra tus limitaciones. Y es esta competencia interna la que nunca debes perder. Si no la pierdes, el largo plazo te dará una tregua y te hará encontrar tu ”hueco en el mercado”.
Trabajar en equipo no es decir a los que te rodean lo importantes que son…es demostrárselo, en el día a día, con hechos. Es dar responsabilidades y dejar que tu gente las afronte con tu ayuda, no con tu control. Es asumir sus errores como tuyos, porque tú confiaste en ellos después de haberles dado las pautas para su actuación y ellos haberlas asumido. Es pensar que todos tienen algo que aportar y que fruto de su aportación sacaréis más que jugando a “ser todo”. Es estar presente para ver las cosas de primera mano y que no te las tengan que contar, no para estar fiscalizando su actuación. Es soñar juntos, pues los sueños compartidos llenan más.


Para una adecuada gestión no basta pensar en el hoy, hay que mirar lejos. Si gastas lo de mañana hoy, ¿qué gastarás mañana? Hay gigantes con los pies de barro que quieren ser grandes ya y no apoyan su quehacer en unos cimientos consolidados. La grandeza es algo que se consigue día a día, poco a poco y no en un día. Implica tener esa mentalidad de actuar hoy pensando en las repercusiones futuras. Implica no renunciar a ser grande, pero jugar a ser pequeño. Implica practicar una gestión responsable, que en ocasiones no genere amistades, pero que genere futuro, porque cuida el presente y genera un crecimiento sostenible cuando es posible y un mantenimiento audaz cuando es lo que se requiere. Implica respetar una serie de principios si queremos unos buenos finales.
La humildad es fundamental. Te ayuda a ser mejor, te exige progresión, te acerca los demás y genera simbiosis con el entorno. Lo contrario aleja, te convierte en inasequible, aunque pueda generar admiración momentánea. La humildad a largo plazo cambia las envidias por admiración, genera comprensión antes los errores y aceptación de la derrota, que se convierte en compartida.
El escuchar de forma activa mejora tus resultados, facilita el dar respuesta a los problemas y se convierte en un arma para motivar. Nos suele gustar más hablar que escuchar, pero invirtiendo la tendencia se obtienen mejores resultados. Hablando se puede aprender a hablar mejor, pero no se puede aprender lo que saben otros y tu desconoces. Escuchando hacemos la opinión de otros valiosa, aunque puede no compartirse.
Humildad + saber escuchar es una suma provechosa.
No dejar nada a la improvisación…pero saber improvisar. Ser previsor, saber realizar tu trabajo previo, saber “afilar el hacha”, es un buen comienzo, obligado comienzo. Pero también hay que estar preparado para reaccionar ante lo que no podemos contralar y descontrola lo esperado. Esto se gana con la experiencia.
Al escribir todo esto pienso en Jaume Ponsarnau, en Aleix Duran, el Xavier Schelling, en Fernando…en todo ese grupo humano que unido forma una gran familia, una gran empresa, con una empresa muy complicada entre manos, la de un año más poder seguir soñando, poder seguir luchando contra la lógica no tan lógica.

martes, 6 de julio de 2010

Dando respuesta a la crisis: Las cosas bien hechas

Mucho se ha hablado sobre la crisis. Se han buscado todo tipo de soluciones, alguna de ellas de lo más novedoso y sofisticado, dignas de amplios escritos. Hemos tratado de acudir a los mejores expertos demandando respuestas, soñando cambios.
Con el paso del tiempo, cada vez pienso más que la solución estaba y está en la simplicidad, en el mirar a dentro, en la vuelta a los valores, en lo complejo de lo sencillo, en lo que tal vez resulte poco atractivo y difícil de vender… pues no vende libros.

Creo que solo hacía falta hacer bien las cosas… ¡casi nada! Cumplir lo prometido, prometer lo que puedo cumplir, tratar bien al cliente, darle la razón cuando la tiene y ser comprensivo y explicativo cuando no la tiene, ser productivo, ser eficiente, ser profesional... No he dicho nada novedoso, difícil de entender, pero sí con frecuencia poco extendido, difícil de hacer. Simple, pero complejo. Simple porque no implicaba mirar muy lejos, complejo porque nos exigía sacar lo mejor de nosotros mismos.

Si tu negocio no funciona, trata de hacer bien las cosas. Si el mercado dice que solo hay hueco para unos pocos, ten seguro que ese hueco es para los mejores y créete que tú eres uno de ellos y actúa en consecuencia. Si el futuro parece desolador, piensa en el poder que tienes en tus manos, en tu capacidad para cambiar la tendencia. Y cuando haya que tomar decisiones, duda, pero decide con convicción y se valiente con lo decidido.

sábado, 26 de junio de 2010

Economía para no economistas

DE SALARIOS MÍNIMOS, JUSTICIA SOCIAL, ESTÉTICA Y PLAZOS

Un empresario debería estar dispuesto a contratar a un trabajador siempre y cuando el valor de lo que aporta el trabajador a la empresa sea superior a su salario, es decir, el empresario saca un excedente con su contratación, pues entra en su bolsillo más que sale.

Cuando el gobierno fija unos salarios mínimos lo que está haciendo es intervenir en el mercado de trabajo, regulándolo, poniendo normas para su funcionamiento, partiendo de la base de que los mercado presentan imperfecciones que pueden hacer necesarias la intervención de un poder central, además de por razones sociales, estéticas o por presiones de colectivos con capacidad de influir en lo que pasa.

Todo esto nos lleva a una tal vez más polémica decisión de lo que algunos creen, que es obligar a alguien a pagar por algo un mínimo que puede ser superior a lo que ese alguien va a obtener. Esto, lógicamente, provocará el que el empleador pueda estar renunciando a desarrollar una acción absurda, la de paga por algo más de lo que vale, con la consecuente generación de desempleo.

Según las leyes de la oferta y la demanda, habrá un exceso de oferta de algo (bien, servicio o factor de producción) cuando su precio de mercado es superior al precio de equilibrio, que sería el precio que igual la oferta a la demanda. Al exceso de oferta de trabajo se le conoce como desempleo y en base a este argumento, su existencia no indica que se está pagando por los trabajadores más de lo que las leyes del mercado aconsejan… ¿Bajemos lo salarios y ya está?

No me atrevería a decir eso, pero sí considero que es necesario que las decisiones económicas no estén condicionadas por el corto plazo que nos marcan las elecciones, pues para que la economía funcione se debe mirar a lo lejos, aunque se corra el riesgo con ello de perder las elecciones y que los buenos resultados los disfruten otros…

miércoles, 26 de mayo de 2010

Sobre éxitos, cumbres y soledad

LIDERAZGO

Cuando se consigue un éxito seguro que ha habido mucha gente detrás de él. Algunos salen en las fotos, otros simplemente permiten el que haya foto.

La gestión del éxito es algo muy complicado. En el mundo del deporte se suele decir que es más difícil saber ganar que saber perder. No estoy de acuerdo. Hay gente que sabe ganar y hay gente que sabe perder. Hay personas que no saben gestionar las victorias y las hay que no asimilan las derrotas.

Una de las claves a la hora de los éxitos es saber compartirlos y saber ser agradecido con los que te ayudaron a conseguirlo. No de palabra, pues éstas pueden ser vacías, sino de hechos. Los éxitos no se consiguen solo y por tanto tampoco se celebran de esta forma.

Todos conocemos casos de superiores que expropian de sus logros a sus empleados. Pero a veces también ocurre lo contrario. Grave error, se mire en la dirección en la que se mire. La confianza es un factor que sustenta todo y es un valor que está siempre en entredicho, a la intemperie.

Cuando sube el grado de responsabilidad en la empresa, sube también el nivel de exigencia y de dificultad. No debería subir el compromiso, pues éste debería ser siempre excelso. Hace años un buen amigo me contó una historia que a su vez le había contado un conocido suyo y que me sirve para explicar la situación a la que se enfrentan cada día muchos líderes empresariales. Me ponía el ejemplo de un alpinista que está escalando una cima, dura y alta. Conforme se aleja de la base, aumenta la dificultad, empieza a faltar el oxígeno, los árboles escasean y el viento que sopla te da con más fuerza. Desaparecen progresivamente los lugares en los que cobijarte, en los que “esconderte”. Pero sobre todo te enfrentas a la dificultad de ver como tus acompañantes se van quedando por el camino. Sólo los mejores llegan a la cumbre y, con frecuencia, lo hacen solos. Y, con frecuencia, en la cumbre no se dan las condiciones para “hacerse la foto”. Incluso no hay nadie contigo que te la pueda hacer.


Ser líder debe consistir en ser capad de ascender “en compañía”, aunque subas solo; ser capad de no estar solo, aunque lo estés; pero sobre todo en ser capad de no salir en la foto y no tener la necesidad y en ser capad de descender y sentir abrazos, sin recibirlos.

Dicen los alpinistas que es más difícil bajar que subir y que el éxito realmente se consigue cuando llega al campo base y recibes los aplausos y abrazos de tu gente. Seguro que no les falta razón.


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jueves, 20 de mayo de 2010

Coordinación, comunicación y respeto en la empresa

En una empresa las funciones deben estar claramente definidas, cada cosa en su sitio, cada persona en su puesto, asumiendo sus competencias.

Para que una persona pueda desarrollar adecuadamente su trabajo debe saber cuáles son sus responsabilidades y deben tener conferida autoridad suficiente para llevarlas a cabo. La delegación debe ser total, sin fisuras, pero sin dejar de lado una labor de coordinación y de supervisión, que se deberá hacer con el debido respeto. Cada uno a su trabajo. Cada uno haciendo lo que ha de hacer. Cada uno confiando en las personas que tiene a su cargo, asumiendo su trabajo y sus errores como propios y dando el adecuado apoyo para la mejora continua. Cada uno respetando a la persona que tiene por encima, aceptando su jerarquía.
Al superior habrá que escucharle, transmitirle dudas, darle opiniones si está dispuesto a escucharlas, que debería. No podremos saltárnosle, hacer la guerra por nuestra cuenta, pensar en singular. Las personas con responsabilidad en las empresas suelen tener una visión más global que sus subordinados. Su visión debe estar más orientada al largo plazo. Su mentalidad más abierta.

Si “los de arriba” saben mirar hacia abajo, si “los de abajo” saben mirar hacia arriba, si la comunicación es adecuada, si la coordinación es precisa, si el respeto está siempre presente, si la humildad no es esquiva, si lo que decimos lo hacemos, si lo que vendemos lo refrendamos… las bases para el éxito estarán puestas, el primer paso estará dado.

jueves, 22 de abril de 2010

Marketing

"Competimos contra todos pero a la vez nos ayudamos. Ser insolidarios a la larga se paga" Marcos de Quinto, presidente de Coca-Cola Ibérica.

jueves, 18 de febrero de 2010

Nociones sobre liderazgo

"El liderazgo hace que las gente trabaje para uno sin estar obligada" Fred Smith.

"A las personas no les importa cuánto sabes hasta que descubren cuánto te preocuoas por ellas. El liderazgo comienza con el corazón, no con la cabeza. Florece con una relación significaticva, no con más reglamentos" John C. Maxwell.

sábado, 2 de enero de 2010

La realidad económica

PAUL SAMUELSON HA MUERTO, SUS IDEAS NO

El Capitalismo puro no existe…y tal vez nunca existió. Hoy se critica lo que ayer se defendía. Hoy se defiende lo que mañana se criticará.

Vivimos en un mundo en crisis, económica, pero sobre todo de valores. No todos los valores son iguales. Las personas individualmente y las sociedades dan a cada uno de los valores importancia distinta. Esto nos lleva a una escala de valores, que puede variar, pero que no debe estar continuamente variando, ni hacerlo en función de intereses del momento.

En nuestro mundo parece que lo que mueve a una acción concreta está influenciado fundamentalmente por los intereses económicos y que la visión que tenemos de las cosas depende de lo que sacamos con ello.

Las reglas del juego deben estar establecidas, ser claras, transparentes y con cierta permanencia. La economía de un país no debería estar tan expuesta a los vaivenes políticos, que hacen que muchas de las decisiones que toman nuestros dirigentes se fundamenten en las siguientes elecciones más que en lo que necesita “el enfermo”.

En diciembre de 2009 ha muerto Paul A. Samuelson, uno de los grandes economistas de la historia y autor para muchos del manual de economía de referencia (“Economics: An Introductory Analysis”). Seguramente murió tranquilo por ver como el tiempo le ha dado la razón, ya que, como estamos viendo en nuestros días, los sistemas económicos de mercado (capitalistas) no pueden subsistir de una manera digna sin la intervención de los Estados. Esto que era una idea, en nuestros días se ha convertido en realidad.

Hablar de Capitalismo puro es hablar de una utopía, como en su momento se demostró que lo era hablar de que un sistema planificado pudiera dar respuesta eficiente a las necesidades de una sociedad.

Ese pulso que jugó Samuelson contra los neoliberales hoy si que me atrevería a decir que lo ha ganado.

Mercado y Estado son dos realidades condenadas a entenderse. Pero ese Estado debe luchar por entender qué es lo que la Economía demanda y dejar de lado intereses particulares en pos de una estabilidad económica y no de intereses electoralistas…¡esto sí que es una utopía!