miércoles, 27 de noviembre de 2013

El intraemprendedor, un creador dentro de tu empresa

En los últimos años no deja de hablarse de la figura del emprendedor. Con la crisis vinieron los problemas laborales para muchos y a los problemas hay que buscar soluciones si se quiere salir adelante. En la búsqueda de soluciones el ingenio y el talento juegan un papel clave.  Muchas personas pensaron que el camino era montar su propio negocio y otros muchos que el camino era hablar de la figura del emprendedor. De ahí tal vez la abundante literatura sobre el mismo que se está generando. El problema es que no todo el mundo vale para todo, aunque tenga necesidad de buscarse un hueco. Por eso tal vez debiéramos no dejar de tener una mentalidad emprendedora, pero aceptando que en ocasiones no estamos capacitados para el gran salto que es volar en solitario.  O que a lo mejor sí lo estamos…pero tampoco es necesario. ¿Por qué no tener la mentalidad de emprendedor pero “jugar para otros”? Eso es un intraemprendedor, alguien que juega para otros, pero que trata de sacar lo mejor que lleva dentro, con la proactividad como bandera.

Un intraemprendedor es un emprendedor que desarrolla su labor emprendedora dentro de un negocio que no ha creado y que no es suyo. Es un emprendedor en lo ajeno. Esto puede ser visto como una agresión o como un regalo. Podemos limitarle o amplificarle. Podemos tratar de sacarle el máximo provecho o desperdiciarle…
Los empresarios deberían querer tener en sus equipos jugadores de equipo ambiciosos, personas que quieran desarrollar una labor creadora trabajando para un proyecto conjunto. Parece que el valor está en trabajar para tu proyecto y que el trabajar para otros está perdiendo valor. La figura del intaremprendedor permite sacar mucho de lo bueno de lo propio y de lo ajeno.

Un intraemprendedor es alguien que trabaja para otros, que trabaja por cuenta ajena, pero que toma iniciativa y crea. Es ambicioso, pero sabe jugar en equipo. No es conformista pero acepta las reglas de juego que le vienen impuestas, sabedor de que es partícipe en la construcción del futuro de la empresa para la que trabaja, pero que hay pautas que no decide, cosas que solo acepta.

Las empresas necesitan gente comprometida, con ganas de aportar, con iniciativa y creadores. Las personas con iniciativa con frecuencia buscan dirigir su propio destino decidiendo montar un negocio. ¿Por qué no tratar de unirlos a nuestro proyecto?
Los empresarios deberían saber premiar e incentivar la iniciativa individual dentro de su negocio. Dar responsabilidad a la gente que está capacitada para ello y que desea asumir riesgos, pero con el colchón que da un negocio que no es tuyo. No se trata de ser un kamikaze, pero si de aprovechar lo bueno de emprender en un entorno que te puede proteger y cuidar.

Cuando alguien con mentalidad emprendedora aparece a nuestro alrededor, deberíamos ser capaces de saberlo aprovechar. La ilusión tiene un efecto contagioso que no se puede dejar perder, desaprovechar. Hay que dejar de un lado envidias y miedos. Hay que saber ver lo bueno.

Para que un trabajador pueda comprometerse como intraemprendedor en su empresa deben cumplirse una serie de condicionantes que faciliten su labor. Estos pueden ser algunas:

·         El trabajador debe tener responsabilidades otorgadas claras, a la vez que se le da un margen amplio de maniobra.

·         Tiene que haber objetivos claramente definidos, para la empresa y para él.

·         Hay que dotarle de recursos suficientes.

·         Debe tener derecho al error y saberlo. El saber que me puedo equivocar facilita el acierto.

·         Debe conocer los límites que no puede sobrepasar. Muchas reglas del juego le serán impuestas y deberá respetarlas, sabiéndose mover en el margen amplio que debería tener.

·         Y muy importante, cuando habla, hay que escuchar lo que tiene que decir, sin interrupciones, sin juzgar. Ya habrá tiempo de decidir si se le da cabida en la empresa a sus propuestas e ideas, pero estas no se deberían quedar por el camino por falta de escucha empática.

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