jueves, 6 de agosto de 2009

Economía para no economistas

DE DEFLACIÓN, PARO, CRISIS…

Las variables macroeconómicas son los termómetros de la economía. Cuando una persona quiere valorar su estado se puede tomar la temperatura con un termómetro y ver que ocurre…Cuando queremos ver el estado de una economía, ese termómetro consiste en mirar la producción (PIB, PNB), los precios (IPC, Tasa de inflación) y el nivel de empleo (Tasa de paro, Tasa de actividad) entre otras cosas.

Podríamos pensar que el que bajen los precios es bueno, pero no es tan simple la cosa. Hablamos de deflación cuando se da una bajada generalizada (afecta a los bienes y servicios en general y no a unos pocos) y sostenida (se mantiene en el tiempo) de los precios de los bienes y servicios que se venden en una economía (generalmente un país).

La deflación suele ser un indicador de una mala situación económica y suele esconder graves problemas detrás. Provoca que el consumo disminuya (la demanda disminuye y con ello el crecimiento de la economía), ya que la esperanza de que la bajada de precios persista hace que los consumidores esperen a la hora de adquirir productos. Y esta situación de espera es la que hace que todavía los precios caigan más, ya que al disminuir la demanda, como es lógico, los precios tenderán a bajar más aún (los vendedores no pueden dar salida a su producto y se ven obligados – las situación les obliga – a bajar los precios para incentivar la compra de sus productos).

Pero, ¿qué harán entonces las empresas, incapaces de poder vender todo lo producido? Diminuirán su producción (su oferta) y debido a ello no las quedará más remedio que despedir a trabajadores, incapaces de rentabilizar su posición en la empresa ante la disminución de las ventas de la misma. “Si no vendo, no produzco y si no produzco no te necesito” sería el simple pero sólido argumento que podría esgrimir el empresario para explicar su situación.

Pero claro, ese trabajador despedido se encuentra ante el problema de la disminución de sus ingresos y con ello de su capacidad para adquirir, aunque los precios hayan caído. En una situación como la española, en la que el sistema social ayuda a convivir en ocasiones (¿demasiado?) bien con el paro, no necesariamente tiene que ser un problema a corto plazo la situación de desempleo, pero sí seguro que a medio o largo plazo, ante la inseguridad que genera de cara al futuro.

Vuelve a aparecer la influencia de las expectativas, como siempre tan influyentes. Porque en economía, el “efecto pigmalión” no es una posibilidad, sino una realidad. Cuando crees que va a ocurrir algo, tus actos presentes se desarrollan conforme a las creencias futuras. Así funciona la Economía. Piensa que algo ocurrirá, que tus actos harán que ocurra…

¿Y cómo medir la situación global de una economía? Cuando hablamos de que una economía crece sabemos que es una situación positiva, pero debemos entender qué es “crecer”. Hay crecimiento económico cuando si tomamos como referencia un periodo y otro anterior, después se produce más que antes, midiendo la producción utilizando otra variable macroeconómica, el Producto Interior Bruto (PIB).

Lo contrario a crecimiento económico no debe ser necesariamente “crisis” como parece que nos empeñamos en decir. Al hablar de crisis económica nos referimos a una mala situación generalizada de una economía acompañada de malas previsiones de cara al futuro.

Hablar de recesión puede ser muchas veces más acertado. Una recesión económica se produce cuando durante al menos dos trimestres el PIB presenta un crecimiento negativo.

Unir recesión (o crisis) a aumento de paro no debería ser difícil de entender, es algo lógico. Unirlo a deflación es más complejo y por supuesto que no necesariamente obligado. De hecho, en España, en una situación como la actual, algunos hablan de riesgo de deflación, mientras que para otros el futuro amenaza con una previsible inflación. ¿Quién tendrá razón? Preferiría escuchar a alguien hablar de estabilidad de precios, que es la situación que se da cuando los precios en una economía no suben ni bajan de manera significativa, conservando el dinero su valor. Pero esto, hoy en día, parece algo más que un sueño…

No hay comentarios:

Publicar un comentario